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Calculando los horizontes

Cambiemos, dentro de su perfil genérico de “centroderecha”, es un enigma. Sólo desde la mirada polarizante de la campaña electoral pudo surgir cómo posible y verosímil la idea de un gabinete con Melconian como ministro de economía. Y si no hubiera sido así es obvio que desde hace semanas Cambiemos considera todo a la luz del Teorema de Baglini (cuanto más cerca estás del poder, menos pelotudeces se dicen).

En la realidad la situación estara definida por una serie de rasgos que comienzan a emerger. El nuevo gobierno se encontrará ante un peronismo fragmentado y en derrota que habiendo perdido bastiones electorales clave vivirá un proceso dolorosísimo de transformación de su fisiología. Y además enfrentará el cansancio de la sociedad respecto del gobierno saliente, una falta de expectativas que le da algún margen para ensayar el rumbo. El rumbo del nuevo gobierno será un punto entre dos extremos posibles. De un lado se puede pensar que este contexto le dará, tal vez, y muy ajustadamente, viendo los resultados finales, la oportunidad  de construir un partido prevalente que, ejecutando un plan más parecido al de Bein que al de Espert, redefina un patrón de representación (no son inocentes las referencias de Pinedo a la necesidad de ser económicamente «Nestorista»). Pero no será fácil hacerlo pues las contraposiciones entre los factores más poderosos de la economía no son pocas, y cerrar un proyecto hegemónico en ese ámbito es más difícil que ganar los votos para constituir una mayoría electoral. Tampoco, viendo la exigua diferencia electoral, este gobierno contará con la anuencia fácil para un shock. El otro extremo es traumático: si cede a la compulsión de relevar una estudiantina por otra, estaremos más cerca que nunca de una catástrofe humanitaria. Entre esos dos extremos se encontrará la realidad: una amplia gama de puntos intermedios, todos ellos posibles en el marco de un costoso arreglo macroeconómico cuyas consecuencias se pagarían a futuro. En el cabrán reordenamientos parciales, resultados de múltiples batallas sectoriales, legislativas y calllejeras. En ellas se discutirá cuanto de mercado, cuanto de estado y como se orientan inversiones de un estado cuyo volumen y agilidad han aumentado respecto de otras décadas tanto como lo han hecho conglomerados de actividad económica privada. Para enfrentar esas batallas a favor de lo publico y la inclusión será mas que necesario que elaborar críticamente el pasado inmediato. En todos estos años, y en el proceso electoral mismo se ha forjado otro país y el resultado de la elección es, en parte, el resultado de no haberlo percibido y haber confundido la distancia de los electores con incapacidad de entender. Para salir a representar no bastarán los «ideales»: la reelaboración de percepciones y categorías de acción política vaciadas de productividad es un imperativo para todos aquellos que no creen en el caracter natural de las desigualdades y si creen en la vitalidad del espacio de la democracia para cuestionarlas y revertirlas. Los otros no interesan.

Elecciones 22/11/2015. Apuntes provisorios.

Dos viñetas. Una: converso con analistas sociales consumados inteligentes y sensibles que votan a Scioli y me dicen:“la oposición no tiene argumentos: ¿ o acaso lo son la inflación, el INDEC o la cadena y 678”?. Dos: observo que mucha gente vota contra el oficialismo con el placer de ejercer un acto de libertad y transgresión. Las dos imágenes están conectadas.

Allí donde los oficialistas creen que no hay argumentos hay una secuencia sistemática y erosiva de su base electoral: hay inflación y cuando el INDEC la niega o la minimiza el votante siente lo mismo que un paciente frente a un médico que no solo no lo remedia sino que le niega su dolor. En esa misma secuencia la palabra oficial viene cumplir el papel de la sal en la herida: no son explicaciones sino ordenes de aceptar una interpretación.

Conclusión: sino pierde Scioli será casi inexplicable(o explicable por la imposibilidad del PRO de asumirse como un partido de gobierno y haber postado, aunque sea por un momento, a una estudiantina liberal). El FPV pierde con los votos que no podía sino perder que son los votos que, hasta cierto punto, decidió perder en ese encierro que resulta de atarse ferréamente las formas (algo que en su discurso explícito es objeto de sanciones). Pierde con votos que se le dieron vuelta en contra en el ejercicio ritual de esas formas. Mientras sus bases se desagregaban desde 2011 insistió con una interpretación de su triunfo de ese año que acentuaba su aislamiento y relanzaba vengativamente el circuito de acciones políticas que llevaban a más aislamiento. Hasta terminar ahora con una parte de sus militantes ensayando las mas delirantes explicaciones ad-hoc. Y, peor aún, denigrando al votante con caracterizaciones que abundan en las notas de la ingratitud, la incomprensión y el lavado de cerebro. Todo eso le endilgan a un votante que no acepta ordenes de aceptar explicaciones que no comparte y tampoco acepta ofertas de identificación atrasadas, sectarias y excluyentes.

Negando el hecho de que había sido derrotado en 2009 y en 2013, se dedicó a reproducir la que creyó, erróneamente que era la escena originante de sus victorias y es en realidad su perdición: la confrontación mortal en torno de opciones que  plantean un clivaje nítido pero también una partición perdedora de la disputa que lanzan. Dividieron el campo en mitades, pero siempre se plantearon desde la mitad más chica. Cuanto más se insistió en ese mecanismo más se insistió en una representación de la realidad que sólo podía contener a una parte muy estrecha de su electorado: el populismo con cada vez menos pueblo exigía que este se incluyese en una versión de la historia y la sociedad exigente y artificiosa. El kirchnerismo que en sus inicios le había dado lugar a muy diversas formas de imaginación social y política termino refugiándose en el papismo y en un nacionalismo popular revolucionario de historieta que una parte de sus votantes, cada vez peor humorados, no podía aceptar. Contrasta con eso el esfuerzo enorme de incorporación cultural que hizo Cambiemos en una metamorfosis que le dio matices y atractivos a un rostro monocorde y muchas veces capaz de infundir un temor que logró desactivar (esto más allá de cual sea la evaluación acerca de la consecuencia que podrá guardar con esta imagen la política que siga un eventual gobierno de Macri). Continuará…

Córdoba y los abismos de la desigualdad.

Desde hace seis años viajo a córdoba varias veces por año y recorro algunos barrios, especialmente el barrio en que vivi cuando tenía entre 6 y 12 años. La ciudad no deja de asombrarme por  las transformaciones que, me llama la atención, no estén más en primer plano en la crónica de los hechos de hoy. Seguramente el cuadro es incompleto y superficial, pero en algún grado todo lo que decimos de aquí en más, es parte de la ecuación del estallido.

 Una de las grandes transformaciones de Córdoba capital son las ciudades dormitorios, satélites o como quiera llamárselas. Son el resultado de la erradicación de villas que ocupaban terrenos caros a la especulación inmobiliaria y al boom inmobiliario que trajo la recuperación económica de la provincia de la mano de la soja y la consolidación de la industria automotriz. Pero también son una herida en la sociedad (y de esta herida difícilmente alguien se hace cargo). Las ciudades dormitorio eran la promesa de relocalización “justa” y con servicios suficientes para las nuevas unidades habitacionales. Resulto en unidades inmobiliariamente miserables y segregadas por un celoso cerco policial que retiene en esas ciudades a miles de ciudadanos que, por portación de edad, cara, zapatillas inconsistentes con el prejuicio del observador, etc son objeto de retenes policiales sistemáticos. Los retenes demoran, aíslan y ofenden. Este orden que se aceitaba con los recursos que el narcotráfico le derivaba a la policía ha perdido transitoriamente su lubricante. Las denuncias sobre el narcoescandalo traen penuria a los guardianes del orden, mientras la inflación atiza el ánimo humillado de los excluidos de siempre en un contexto en que cierto estancamiento da lugar a más motivos de queja.

Me asombra, cada vez que voy, la ausencia, la debilidad relativa de la presencia numérica de aquellos sujetos que el racismo impiadoso de Córdoba podía llamar “negrazones”. Viví en Córdoba y la convivencia de descendientes de europeos, de sujetos que se reconocen como “blancos” y población hija del crisol de conquistadores, pueblos originarios, era una realidad problemática. El grado en que lo era esta grabado en la piedra aparentemente leve, pero ominosa, de un humor que por muy gracioso que sea “pone las cosas y los hombres en su lugar”. El famoso humor cordobés ordena y ordenaba las diferencias de clase y expresaba, muchas veces, no siempre, en la perspectiva blanca, el ridículo del “negro” en el salón. Las ciudades dormitorio segregaron geográficamente una población marcada por su pobreza y por su «biotipo». Justamente: su circulación en la ciudad, en horarios y lugares rigurosamente vigilados, es la función de una policía que desde su sola presencia física es también temible. En tiempos normales en Córdoba hay mucha policía en la calle, en todos lados, especialmente en el centro y en donde «los negros no deben estar». Mucha en serio. Policías que ademas de ostentar uniformes llamativos, armas, y patrulleros que van y vienen, son curiosamente grandotes. La policía en Córdoba me daba la impresión de ser una gendarmería permanente, beligerante y numerosa. Son un factor vital del orden social imperante. Ese orden social que aisló a “los negros” en las ciudades dormitorio. Y es de esperar que si se ausenta ese orden no funcione en automático.

Y no hay que dejar de observar la contraparte. Nueva Córdoba, barrio emblemático de los beneficios del boom de la soja, tiene verdulerías decoradas al modo de New York, vinerias finas, panaderías francesas, fotocopiadoras de lujo. Tiene de ese tipo de negocios en cantidades increíbles: uno de cada uno en cada cuadra en la que ademas siempre hay una casa de ropas de marcas personalizadas y locales nocturnos para la diversión de miles de estudiantes que vienen a estudiar desde las prósperas localidades vinculadas a la expansión del agronegocio. Todo para una población de estudiantes que no gasta menos de 20000 pesos mensuales y viaja habitualmente a EEUU, Europa y el caribe. No todos los habitantes de Nueva Córdoba viven así, pero hay mucha gente que en nueva Córdoba vive así. En la Nueva Córdoba los “negros” casi no tienen lugar: ni como dependientes de almacén, ni repositores o asistentes de limpieza. Hasta para esos “puestos viles” se ve la presencia dominante de hijos de colonos gringos más pobres, pero “blancos”. La de los “negros” es una presencia rara, que no amenaza por que, se sabe, está la policía que mira, para, expulsa al «invasor». La policía garantizaba ese orden y en gran medida  parasitaba de otro prospero negocio: el del tráfico de drogas.

Amigos míos, progres, mentan los peligros de la bajada de San Vicente, un barrio pobre, como si se tratase de Harlem retratado por los progres blancos de NY. Es obvio que con ese progresismo combatiente y colonial que habilitó la vulgata sociológica no se evita, en las expresiones cotidianas, la posibilidad de redoblar algo que no es más racista porque, además de todo, es muy clasista. Viajé a la bajada San Vicente y comprobé que la distancia entre el relato y la realidad que intuía iba a comprobar:  era exactamente la misma que pude palpar cuarenta años antes cuando, violando la prohibición familiar, fuimos en bicicleta con los chicos del barrio a la “temible” bajada de San Vicente. Y descubrimos nada: sí, un barrio pobre más, unos peligros más, nada del otro mundo. Hasta los críticos han caido en las trampas del orden. Se lo entiende, entonces, a Andrés Rivera viviendo, obrando en Córdoba según la máxima «no ser un burgués es una teoría y una práctica» .

Volvamos al lenguaje «antiguo» que tal vez tenga algo para decirnos: es preciso trascender la posición de “fracción subordinada de la burguesía” y de «minoría blanca» para ver Córdoba con los ojos bien abiertos. Córdoba es entre otras cosas un cruce explosivo de lógicas de exclusión que dejaron en la desigualdad abisal, “gritante” y congelada, un “pueblo” entero. No reivindico el saqueo, no lo miro románticamente. Tampoco creo que sea sólo espontáneo, pero entiendo el carácter masivo del horror que emerge para todos lados cuando uno de los principales reaseguros de ese orden era la presencia constante, masiva, pedagógica, correctiva de una policía que desapareció de la ciudad. La córdoba dividida y desigualada a la fuerzan ha mostrado por un segundo la arquitectura y el dolor generalmente enmudecidos de su constitución social.

PD: el año pasado habíamos escrito, aquí mismo, algo sobre la exclusión en Córdoba. http://wp.me/p2SPeH-1O  (cordobesismo y bantustanes).

Sombrero Sombreritus…

Sombrero Sombreritus…

Una opinión más sobre Francisco

No pude evitarlo y he vuelto a escribir sobre Francisco. Creo que su presencia trae cambios, que no se pueden evaluar sus acciones como si su papado no fuese un proceso que recién se inicia, que es ridículo pedirle a un Papa que sea un teórico queer, que su irrupción en la política Argentina  es del orden del hecho político, que este hecho es polivalente y contradictorio: el papa se vuelve constitucional y el poder político se Francisquiza. Antes de calificar es necesario hacer rodar la descripción, los datos, el tiempo. La situación nunca se reduce a los antecedentes, las consecuencias son siempre un salto. Y creo también que estos hechos nos obligan a combinar  percepciones realistas y comprensivas con posiciones intransigentes, para jugar mejor estás ultimas, que son derivadas de las convicciones. Ni enojarse con Francisco, ni renunciar a la radicalidad: ni quemar iglesias, ni dejar de ver, cuestionar, y , si, como no, recriminarle al Catolicismo su sexismo criminal, sus pactos con las elites desigualadoras y con el derecho de las bestias -remember Perón-. Y  dejar de confundir deseos con diagnósticos, y sobre todo no buscar un nosotros donde hay polifonía. Que se pueda ser ciudadano sin ser Católico. Que se pueda ser Católico sin ser considerado menos y que se pueda hacer sociología sin aplanar el catolicismso , pero sin duplicar en las categorías sus formas de mirar el mundo. En fin, podría alargar la canción, pero baste insinuar su extensión para que se entienda que este es el momento de desplegar matices, y no de cerrar un debate cuya agenda hay que armar.

Aquí el texto publicado en Página 12:  http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-225563-2013-07-30.html

En días subsiguientes amplio las ideas que, lamentablemente, se condensaron de más.

Los nuevos goliardos: ciegos y sin humor.

Con la misma ignorancia que podrían entrar a un juzgado diciendo «su señorita», defienden la escuela de Frankfurt argumentando sobre la calidad de Benny Goodman y  ríen sin razón como los tontos con ella, para hablar de todo aquello que odian porque, aunque no lo sepan,  han sido programados para ello. Y no me refiero sólo  a la «crítica de la cultura», quizás, incluso, muy poco a ella. Lo digo por aquellos que en política reivindican la seriedad, la responsabilidad  y la «cultura de gobierno» y están todavía repitiendo la secuencia «señales alos mercados,prestamos-inversión-crecimiento-derrame». Se rien de lo que no entienden, pero se juzgan fiscales indispensables. Tan desubicados como todos aquellos que no teniendo idea de nada creen que Carmina Burana es para musicalizar escenas de terror. En primera fila, como siempre, algunos periodistas.

Nosotros y Cadorna (Notas del 18A editadas y aumentadas)

“Gramsci llamaba `cadornismo político´ a la visión mística, extremista y economicista de la huelga general porque se atiene, verosímilmente, a la estimación popular de la estrategia de Cadorna como una irresponsable expectativa, a la vez eufórica e inerme, de la autodestrucción (batalla de Caporetto)”-ver www.gramsci.org

Me prometí ampliar y elaborar las notas que escribí el 18 a la noche en facebook. Aquí el resultado (dejo el post anterior para que se vea en que cambió y en que no mi análisis).

Defender las posiciones del gobierno, ser solidario con las fuerzas políticas que lo apoyan e ir a un cacerolazo es una experiencia formadora: escuchar “se va a acabar la dictadura de los K”, callarse la boca, hacer de tripas corazón “y pensar, y pensar y pensar que es lo que pasa conmigo” es algo que templa el alma y el análisis.

Hay, además,  otro angulo que debe ser considerado. Esta ocurriendo que en las filas Kirchneristas comienza manifestarse un incomodo reflejo Cadornista para operar desde el estado con propuestas (a diferencia del cadornismo político que operaba con huelgas). Todo se ve ahora como si hubiese sido un plan perfecto el voto no positivo de Cobos y no un accidente que, por razones que todavía hay que discutir, se vincula a la victoria de 2011. Desde este punto de vista parece que lanzar batallas asimétricas en contra, sin darle tiempo a la agregación, como si fuera todo un tramite, fuese la garantía de inexorables triunfos agónicos, en tiempo suplementario, como nos gusta a los hinchas de Boca. Pero si provocamos conflictos desde una posición “revolucionaria”, cuando vienen las repercusiones callejeras pretendemos, como si fuesemos radicales, que todo se resuelva en el congreso. Y si alguien osa decir que la realidad no nos va a acompañar, se reacciona como el General Cadorna, que acusaba a la realidad o la flojera de la tropa de lo que dependía del mal planteamiento de la batalla resuelto, a último momento, con arengas igneas. Justamente parte del Cadornismo se debe a que como la realidad niega los prejucios sobre la base de los que se planea, se niegan los datos de la realidad, como si admitirlos fuese haber caido en las redes de acción psicológica “del enemigo”. Es probable que nuestra lunfarda apelación a “Cadorna”, como intancia imposible e ineficiente,  derive de la experiencia de haber sufrido la obsecación de los mandos.

Mis notas reelaboradas del 18A se dirigen fundamentalmente a los espíritus Cadornistas apelando a la necesidad de salvar fuerzas y objetivos aceptando la realidad que no aceptamos por temor a sacar las consecuencias.

A mi me dio la impresion de que la manifestación venia pinchada. De las redes no me llegaba tanto. Los filtros de la red nos hacen navegar solo entre afines. Lo único que podriamos hacer para evitarlo es ponerle me gusta a la opinión diferente, sólo para poder saber en que está el otro (esos otros también son, sino patria, parte del proceso político). Así en las redes como en la vida real?. Creo que si.

De esa situación de aislamientos recíprocos (entre otras raices) surge una tendencia a minimizar y negar los hechos que aprovecha cualquier resquicio de la realidad para no asumir que personas más, personas menos el 18A tuvo una convocatoria gigantesca. Estando en la calle me fue imposible calcular si era mayor o menor que el 8N, pero es imposible no asumir que es muchisima, muchísima gente. Seguramente entre las 10 más importantes de los últimos 20 años (tal vez me quedo corto y se muy bien que ya use ese parámetro para evaluar la participación en el 8N).

La composición me apareció semejante a la del 8N. Clase media, cuadrante norte, pero no sólo eso: núcleos de gente de calese media de la zona sur y del GBA. Incluso algunas agrupaciones vecinales y o culturales y hasta una mínima proporción de gente de un origen evidentemente más humilde. A diferencia del 8 N creo que había menos adolescentes. Me explique esto porque al día siguiente había clases, pero un comentario que hacía de este elemento equívoco, toda la discusión, me recordó que la explicación no servía. El 9 N había clases y entonces entendí algo más: la contumacia de los negadores es irreductible. Y si bien yo vi menos cartel creo que había más organización invisible o, al menos, algo de rutina incorporada por la propia repetición de la práctica. Otro dato importante, para mi, el más importante, es la actitud de la gente que parecía mas paciente. No esperaban nada inmediato. Si se preguntan o escuchan las motivaciones declaradas ante los medios se nota que la agenda mas reciente, muy dictada por los medios, domina: la gente emite como si fuese de la propia cosecha lo que dijo algun periodista y los periodistas ponderan, seleccionan, subrayan y escrituran a su favor lo que levantan de los mensajes en las radios (a todo esto es impresionante escuchar como se las arregla la gente de todos los bandos para decir, actuar y redondear en segundos). Sospecho que los temas por los que se asiste podrían ser otros. En el fondo es una multitud que esta y estará en contra del gobierno haga lo que haga. Pero eso no quiere decir que las acciones del gobierno no puedan agigantar su caudal o acotar las empatías que suscita. Y esta vez están balbuceando una cosa diferente en una dinámica política que supera la del 8N, pero la capitaliza: “queremos una alternativa política” es un mensaje que les ha sido planteado por los medios, y les sirve para darse un horizonte de futuro allí donde ellos se imaginaban que no había uno posible para ellos. El proceso del 18A puso a la masa del 8N en la búsqueda de una esperanza y más alla de la cantidad de asistentes ese espacio vive un cambio cualitativo.

Hay aprendizaje en ese colectivo y esa es mi mayor diferencia con las interpretaciones que plantean los que creen que para defender el proceso político es necesario destituir de consistencia moral, ontológica y estética a los adversarios (por favor basta de fotos de señoras bronceadas para  describir y adversar políticamente al cacerolazo!). El aprendizaje de los caceroleros consiste justamente en la paciencia. No estan esperando que caiga el gobierno mañana. Adquirieron la perversidad y la perseverancia del que sabe que la vaca se come de a bifes. No niego que habia gente exaltada gritando barbaridades. Pero menos aún que el 8N y menos, todavía, que en las manifestaciones anteriores. La gente se contiene y se aviene a la mejor performace civica posible. Los que quieran jugar el jueguito del amor vence al odio, van a estar desorientados. A hacer política se aprende. Y que yo sepa nadie es refractario 1000 x 1000 y esa capacidad es independiente de las opciones políticas. Se puede ser sucio, feo y malo. Se puede ser limpio, lindo y bueno. Vivos somos todos. Es más: no somos tan lúcidos si nos negamos a entender que en política es cuestión de procesos, de antecedencias y de perspectivas futuras y no de puro presente. Darían ternura, sino fuera por que dan bronca, porque nublan nuestra capcidad de previsión, las cachacientas burlas que se hacían hace menos de un año a los primeros cacerolazos vacíos, las falsas seguridades con que se decía y se dice: están todos mezclados, no tienen política, no saben lo que quieren, etc.

Todos nos autoconvencemos de que nuestras ingestas más innobles podrán saber a salmón y todos creemos poder controlar las cosecuencias de esa ingesta y, además,  a veces sale, a veces no. Todos hacemos y se nos imponen a nuestras espaldas las condiciones de la acción. Los caceroleros, y los medios, muy preocupados por tener representación política ganadora parecen haber decidido que aunque no les guste necesitan escoger dentro de un conjunto que incluye Macri, Carrió, Solanas, Amadeo, Bullrich, Sanz (Scioli?). Serán pragmáticos y muchos de ellos sentiran que la conveniencia y los ideales se conjugan en un Macriles que, como el De la Rua de los que votamos a la Alianza, podrá ir adquiriendo, en campaña, nuevas y excitantes propiedades: estratega económico, reconciliador de la nación etc (que el “aprendizaje” no es “progreso” lo muestra que quienes no terminaron de entender a Alfonsín y su época, demonizándolo, pudieron votar muy alegremente a De la Rua). Entre la ingenuidad creyente, el pragmatismo político y el pseudocinismo de tomar distancia de lo que en definitiva se abrazará, la masa de caceroleros irá adoptando su candidato. Eso que hacemos todos no dignifica las apuestas de nadie, pero en todo caso nos ayuda a entender las «contradicciones» que tan sagazmente detectamos en el ojo ajeno. Si el aprendizaje es parte del proceso de emergencia de un sujeto político no diría que no hay conducción. Nada de esto ocurre sin marcos en los que, desde adentro, desde los medios y desde promontorios por ahora no muy elevados,  falte un mensaje profético. Los negadores se quedan estancados en que «los caceroludos no tienen» (no tenían) y en un argumento sorprendente: porque no tienen no van a tener “representación política”. Las parejas, por ejemplo, serían imposibles en esa lógica: como vamos a estar juntos si antes no estábamos juntos?. Sino fuera porque ese razonamiento perjudica nuestras causas podríamos detenernos en lo patético de ver a gente tan engolada, tan en piloto automático, tan autoconvencida, tan en contra de la lógica, que da miedo.

La conducción de ese proceso es policéntrica y todavía se pelean a ver quien conduce más. Magnetto es el mas inteligente. Más se pudre mas recupera espacio para volver a ser el zar. Pero creo que el Macrismo empieza a ver que entre sus propios gestos, el aprendizaje de la gente, y el cinismo de todos, se puede ganar un lugar que ni Lilita, ni Binner, ni Tumini (¡?), ni Moyano, pueden ganar. Poco a poco va a apareciendo una conducción más definida, poco a poco se va dando un encarrilamiento y, gradualmente, la masa confluirá en un movimiento. Los medios dictan catedra, “opositores unánse”, creando terror para las terceras posiciones y todo eso lleva a una gran confluencia Macri/Cacerolera que sería, para sus fogoneros, algo como la convergencia Piñeyra/Lavin/Democracia Cristiana. Los negadores tienen una teoría: si uno afirma que este es un problema serio para el gobierno afirman que el problema es que uno se sobreexpuso al nicho de la “contra”. Yo creo que no se dan cuenta que el núcleo del gobierno tensiona hasta con los mas leales. Si eso es así entre el “Comité Central” y el “congreso del kirchnerismo” imaginense que será en la amplia clase media que un día si tres días no. No da para esa forma de autasatisfacción: tampoco para la otra a la que es muy afecto el negadorismo militante: jauretchearla. Y si bien todo esto es capitalino y de clase media contra clase media, crea clima para polarizar en contra (y hay que contar que en una eleción del 54 contra el 46 y mas nadie, cada punto que nostros perdemos son dos que se descuentan, o sea que tampoco tenemos para rifar). Todo esto además afecta las decisiones del universo PJ y  toma a parte de los votantes del GBA aunque se empeñen en negarlo. En fin el punto es que este es un hito, un paso en la constitución de una oposición que se puede llevar puesta al gobierno (si la economía no ayuda). Ahi serán partidarios del relevo traumático (al que no dejan de ponerle fichas) o ganar las elecciones, incluso la próxima parlamentaria. Confluyen, de a poco, la calle (esa calle) y un criterio político. Los que decían vos fumá hace unos meses están equivocados.

Seminario Facultad Libre Rosario

Foto: Próximo martes 23 "Cumbia, autoayuda y religiosidad popular" por Pablo Semán en la Facultad Libre de Rosario. Dominación, resistencia y autonomía de las clases populares. A las 19hs en 9 de julio 1122. Inscribite a través de alumnos@facultadlibre.org o de lunes a viernes de 10 a 13 y de 15 a 18 hs en nuestra sede. Programa del seminario http://facultadlibre.org/work/cumbia-autoayuda-y-religiosidad-popular-por-pablo-seman/

 

Estimados: para seguir un poco los argumentos del seminario que tendremos la semana que viene les dejo tres links que corresponden a tres textos en los que basaré mis clases.

Hay un link por cada uno de los temas de clase en el orden en que trabajaremos durante las mismas:

Religiosidad Popular

http://seer.ufrgs.br/CienciasSociaiseReligiao/article/view/2169

Literatura masiva

http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/grupos/grim_cult/Seman.pdf

Cumbia

http://www.nuso.org/upload/articulos/3912_1.pdf

 

18A Aprendizajes y confluencias.

Luego las ampliaré, pero como tenia algunas reacciones inmediatas y como las quería compartir recopilé lo que escribí en un caótico post de facebook.

1-Defender las posiciones del gobierno, ser solidario con las fuerzas políticas que lo apoyan e ir a un cacerolazo es una experiencia formadora: escuchar “se va a acabar la dictadura de los K” callarse la boca, hacer de tripas corazón “y pensar, y pensar y pensar que es lo que pasa conmigo” TEMPLA EL ALMA (1).

2-LOS NEGADORES APROVECHARAN CUALQUIER RESQUICIO DE LA REALIDAD PARA NO ASUMIR que personas más, personas menos el 18A tuvo una convocatoria gigantesca. Realmente me es imposible calcular si es mayor o menor que el 8N. Pero si da para entender que es muchisima, muchísima gente. Seguramente entre las 10 más importantes de los últimos 20 años (y me quedo corto).

3) LA COMPOSICIÓN SOCIAL me apareció semejante al del 8N. Clase media, cuadrante norte, pero no sólo eso. A diferencia del 8 N creo que había menos pendejada (se explica por que mañana hay colegio). Alargo este comentario por una observación que me hicieron: la observación es equívoca pues el 9 N había clases. Si pero era el fin de las clases, era verano, era joda. De cualquier forma la observación era puntual: habia menos puberes. No se por que,  pero me lo expliquepor eso. Para un comentarista eso se transformo en el el centro del post. Eso es ser negador!. Y si bien yo vi menos cartel creo que había más organización invisible o, al menos, algo de rutina incorporada. Otro dato importante, para mi, el más importante, es la ACTITUD DE LA GENTE que  parecía mas PACIENTE. No esperaban nada inmediato. Luego lo interpretaremos.

4-CREO QUE HAY APRENDIZAJE EN ESE COLECTIVO y esta es mi mayor diferencia con las interpretaciones que creo que vamos a oir (escribí esto ayer a las 23). Ese aprendizaje consiste justamente, en primer lugar, en la paciencia. No estan esperando que caiga el gobierno mañana. Adquirieron la perversidad y la perseverancia del que sabe que la vaca se come de a bifes. No niego que habia gente exaltada gritando barbaridades. Pero menos aún que el 8N y menos, todavía, que el 22J (o no me acuerdo que mierda). La gente se contiene y se aviene a la mejor performace civica posible. Los que quieran jugar el jueguito del amor vence al odio, van a estar desorientados. A hacer política se aprende. Y que yo sepa nadie es refractario 1000 x 1000 y esa capacidad es independiente de las opciones. Se puede ser sucio, feo y malo. Se puede ser limpio, lindo y bueno. VIVOS SOMOS TODOS.

5-SOMOS TODOS CINICOS. Todos elegimos los sapos que nos comemos, todos creemos poder controlar las cosecuencias de ella ingesta y a veces sale, a veces no. Veo a los caceroleros muy preocupados por tener representación política. Puede que no les guste a todos Macri en el mismo grado. Puede que algunos amen a Lilita. Puede que otros sean audiencia de proyecto sur. Pero los veo a todos muy decididos a a hacer lo q que sea necesario para que Cristina y/o el kirchenrismo no sigan. Ellos creen controlar el efecto de sus sapos, y a algunos la dieta de batracios les encanta. Nosotros también, claro. Eso no dignifica las apuestas de nadie, peor en todo caso nos ayuda a entender las «contradicciones» que tan sagazmente detectamos en el ojo ajeno.

6-SI EL APRENDIZAJE ES PARTE DEL PROCESO DE EMERGENCIA DE UN SUJETO POLÍTICO NO DIRÍA QUE NO HAY CONDUCCIÓN. No quiere decir que esto ocurra sin marcos en los que, desde adentro, desde los medios y desde promontorios por ahora no muy elevados, no haya un mensaje profético. Los negadores se quedan estancados en que «los caceroludos no tienen» (no tenían) y en que por que no tienen no van a tener “representación política”. Sino fuera por que ese razonamiento perjudica nuestras causas me cagaria de risa de ver gente tan engolada, en piloto automático, tan autoconvencida que da miedo.

7-LA CONDUCCIÓN ES POLICÉNTRICA y todavía se pelean a ver quien conduce más. Magnetto es el mas inteligente. Más se pudre mas recupera espacio para volver a ser el zar. Pero creo que el Macrismo empieza a ver que entre sus propios gestos, el aprendizaje de la gente, y el cinismo de todos, se puede ganar un lugar que ni Lilita, ni Binner, ni Tumini (¡?), ni Moyano, pueden ganar. Poco a poco va a apareciendo una conducción, poco a poco se va dando un encarrilamiento, gradualmente la masa confluye en un movimiento. Los medios dictan catedra: opositores unánse. Estan creando terror para las terceras posiciones y todo eso lleva a una gran confluencia cacerolo/macrista.

8-LOS NEGADORES TIENEN UNA TEORÍA: si uno afirma que este es un problema serio para el gobierno afirman que el problema es que uno se sobreexpuso al nicho de ellos. Yo creo que no se dan cuenta que el núcleo del gobierno tensiona hasta con los mas leales. Si eso es así en el “congreso del kirchenrismo” imaginense que será en la amplia clase media que un día si tres días no. No da para esa forma de paja. Tampoco para la otra a la que es muy afecto el negadorismo militante: jauretchearla. Y si bien todo esto es capitalino y de clase media contra clase media, crea clima para polarizar en contra. Afecta las decisiones del universo PJ y ademas toma a parte de los votantes del GBA aunque se empeñen en negarlo.

9-En fin: para mi el punto es que este es un hito, un PASO EN LA CONSTITUCIÓN DE UNA OPOSICIÓN que se puede llevar puesta al gobierno O GANARLE LAS ELECCIONES, incluso la próxima parlamentaria. Confluyen, de a poco, la calle (esa calle) y un criterio político. Los que decían vos fumá hace unos meses están equivocados.

10- UN COMENTARIO ADICIONAL: a mi me dio la impresion de que la cosa venia pinchada. De las redes no me llegaba tanto. Ahora pienso que el efecto de creación de BURBUJAS se me impuso. Los filtros de la red nos hacen navegar solo entre afines. Lo único que podrimaos hacer para eviatarlo es ponerle me gusta a la opinión diferente sólo para poder saber en que está el otro (esos otros también son patria). Así en las redes como en la vida real?.

1 Temita de Moris que nos hace recordar que a los Kirchenristas nada nos viene peor que las milongas de autocomplacencia y victimización. http://www.youtube.com/watch?v=RT7jFHdQ4Lc.

Breve

Dios nuestro señor nos ha puesto a los Kirchneristas una oportunidad de oro que ya desaprovecharemos: el fallo Griesa, a la larga un «tigre de papel», como dilía el camalada Mao, podría aprovecharse como punto de apoyo para apalancar una identificación colectiva amplia, que solo deje de lado a los Sturzzzzzzenegger de la vida. Seguro que no la vamos a ver y seguro que si la vemos la vamos a arruinar tratando de hacerla exclusivamente mia.Pero creo que esta servido en bandeja: los opositores al gobierno están ciegos por la victoria momentánea que significa el fallo. No importa si conocen o no que la situación es insostenible a dos meses o dos semanas: su táctica es erosionar un día por que Griesa le mojó la oreja al gobierno y otro porque Moyano ataca a «la prensa libre» y al siguiente porque Moyano la defiende. Tal vez esta oportunidad sea una de las que, inesperadamente, se ofrece para que lo que deducía como posibilidad, salir del Kirchnerismo con más Kirchnerismo. Una convocatoria amplia dejaría en evidencia al núcleo de acero de lo peor de la oposición.

Gran debate gran

Sin desperdicio, muy bueno:http://bit.ly/JkurFD

Esto no esta en el blog (algo más sobre el 8N)

En Pagina 12, las consideraciones sobre el 8 N que inicie en este blog, ampliadas.

Del kirchnerismo se sale con mas kirchnerismo? fundamentos de un interrogante.

Luego del paro leí evaluaciones que no estaban disponibles cuando redacte la entrada anterior. Me hicieron aventurar unas reflexiones que más alla de su énfasis son preguntas y construcciones de preguntas.

1-El mensaje de Cristina fente al paro (en realidad un fragmento muy difundido de ese mensaje) fue una respuesta de varios valores. De un lado no se trató de impugnar el piquete como tal, ni siquiera el reclamo, sino de caracterizar al paro como un apriete y de responderle al hecho en función de esa percepción. En ese sentido sólo cabría objetar algo que la presidenta tematizó en público: actuar como si todos supiera es un problema, hace sentir la necesidad de mediaciones que desde su punto de vista parecen superfluas (y es lo que le da ese aire de suficiencia que luego le critican). Pero,de otro, y aún cuando el paro tuvo algo de apriete (y algo de formación de una fuerza política opositora, y algo de estrategia desestabilizadora) puede negarse que tuvo algo de reclamo económico?. Nadie está tan loco como para hacerlo no?

2- Ese reclamo además de legitimo expresa un desajuste estructural (o varios, pero yo quiero señalar el que sigue). El que implica el desencuentro entre Kirchnerismo y sindicalismo. Si en el fondo del paro, y en el fondo del ensanchamiento de la protesta del 8N, además de las cuestiones “liberales” y de los resentimientos de clase y status del «medio pelo» y «la oligarquía», hay un reclamo, este es económico y atañe a la siguiente cuestión de fondo: como se administra la crisis mundial, sus expresiones en la Argentina sin resignar mejoras que trajo el Kirchnerismo en términos de distribución del ingreso?. EL sindicalismo no quiere ser el pato de la boda y el gobierno no atina a encontrar otra solución que picotear en la inmensa masa de salarios “pseudoaltos” con impuestos e inflación.
El desajuste estructural es que en la oposición y en las alternativas reales al kirchnerismo todos lo harían peor para el sindicalismo (me refiero a todas las fracciones del sindicalismo y en general a los asalariados). El gobierno de Cristina, el segundo, debe ser uno de los primeros gobiernos en décadas que no transita una caída de la economía largando lastre, permitiendo despidos a mansalva. Se imaginan a Scioli, Binner, Massa, haciendo algo parecido a esto?. Ni siquiera logro imaginarme una izquierda que en el caso absolutamente hipotético de gobernar, no recurra, en el caso de una contracción mundial, a la crítica del corporativismo sindical a la necesidad de subordinar lo “social a lo político” (de Kronstadt a los kulaks y el stajanovismo, de Brandt a Felipe Gonzalez me sobrarían los ejemplos de pedidos de sacrificio a la propia en base en todas las claves rojas y rosadas que se les ocurran: esos tipos también ajustan y cuando lo hacen en orden revolucionario no sabes que cacao que arman!).
El desajuste estructural es que el Kirchnerismo termina criticando la movilización social-salvo la distinción hecha por la presidenta-, jerarquizando las protestas de forma tal que parece que, en el límite, solo el hambre biológico es causal legítimo y pidiendo que todo funcione delegativisimamente (“aguante pueblo” estamos luchando pintaban los jóvenes radicales en los años 80).
Pero como ya dije, no me imagino a ninguna de las elites disponibles con capacidad de hacerlo mejor. En cambio si me imagino al Kirchnerimso, contra las cuerdas, desempolvando una reforma tributaria. Tengo más razones para creer en esto que en las vacuidades enunciativas y gestionarias del resto(también hay posibilidades peores). Del Kirchnerismo se sale con más Kirchnerismo.
Yo se que Sol Prieto, tal vez no quiso decir nada de esto, y también se que Manuel Bargés (el tipo que más piensa el peronismo desde su positividad ontológica) tampoco avalaria estas líneas. Pero esto es algo de lo que se me ocurrió leyendo sus blogs. Leánlos: tal vez se les ocurran que mis preguntas no son tan infundadas, tal vez se les ocurran mejores preguntas.

El paro (desde el escritorio parece fácil)

El mensaje de una jubilada pro-gobierno en una radio ayuda a intuir la lógica de las acciones políticas tal como se despliegan en el generalizado cinismo contemporáneo. La señora, que se manifestaba contra el paro reclamaba su cuota-parte bajo la forma de “hacer bien las cuentas” y decía: “espero que a nosotros si nos aumenten”.
Con dos salvedades importantes prosigo este comentario. La primera es que es obvio que es facilísimo escribir y pontificar cosas sin ser funcionario. La segunda es que a esta hora (23 55 del día del paro) hay un dato clave: el consumo eléctrico que refleja la producción industrial fue casi normal, con lo que queda clara la parcialidad del paro. Mas allá de esto el paro existió, reflejó algo y obliga a pensar.
Hay inflación que carcome el salario. En las posiciones laborales más bajas eso significa que trabajar es cada vez mas caro para el trabajador, que paga con horas de trabajo y de viaje, con salud y con obediencia. En las posiciones mejor pagas eso significa la impotencia que se cifra en el «no hay guita que alcance», uno de los sentimientos de frustración más biliógenos que puede existir. Hay impuestos que suenan injustos cuando tributas como un ejecutivo, pero ganas como un pinche. Hay una generación entera de nuevos trabajadores que tiene otro piso histórico de demandas: para ellos el desempleo ya fue. Pero también hay desempleo en alza. Leve pero preocupante. Nadie sabe como la gente calcula, nadie sabe si en González Catán o en Palermo entienden o no y cómo los movimientos de la bolsa de NY, pero si se sabe que mucha gente se la ve venir, cuando viene buena, y cuando viene mala. Todo eso se mueve detrás del paro y a su favor.
Hay un gobierno que produjo avances laborales, salariales y sociales en general. Insuficientes, pero avances al fin en una historia de decenas de años de retrocesos en cada uno de esos planos. Hay bloqueo de las posiciones endeudadoras. Hay efectos de empoderamiento económico y social. En la mutación estructural de la sociedad argentina, a la que la pobreza llegó para quedarse hace mucho tiempo, por eso se ganó el nombre de estructural, las posiciones sociales son, mas que posiciones, movimientos, sprints ascendentes y descendentes en un italpark que cada década cambia de diseño. Allí emergen mil matices de clases medias que no se parecen en nada, pero se unifican en la experiencia de la mejora, en un relativo control del futuro, en el acceso a servicios y posibilidades que 10 años atrás eran imposibles. Hay obras que no se hicieron en décadas y deterioros que se gestaron esas mismas décadas y ni dejan de valorarse las mejoras ni dejan de efectuarse los reclamos. Todo eso se pone en juego cuando se mira con desconfianza las alternativas anti-gobierno.
Hay dirigencias corporativas que buscan, en cualquier oportunidad, su rédito. No tienen amigos, confrontan y acuerdan, los gobiernos pasan y ellos quedan. Y si sus acciones son parte de una suma que desestabiliza o fortalece a esos gobiernos son situaciones que desde el punto de vista de esas dirigencias se “gestionan”.
Creo que para quienes acordamos con los avances que produjo este gobierno, y no vemos alternativas mejores para sus limites, se podía apoyar o no el paro (algunos habrán hecho de tripas corazón y otros viceversa). Y digo que se podría apoyar por que no le podría decir a nadie que cuestione la estructura impositiva, “quédate piola”. Pero en última instancia es lo de menos. Es un paro político, como todo paro general, pero no todo lo que estuvo a su favor esta definitivamente alineado. Muchísimo más que en el caso del 8N sus bases no son natural ni eternamente antigobierno.
Lo que no se puede hacer, entonces, es aplaudir el conformismo, criticar el método e ignorar los problemas, culpabilizar a las víctimas, razonar sobre prontuarios y coherencias, sobrar a los reclamos, apoyar por que si, al paro, por el nominalismo de la clase trabajadora o el pueblo de Perón, al gobierno, por el nominalismo del proyecto. Es indudable que en la oposición hay gente que apuesta a todo: al mejor candidato posible, a la unidad opositora, al relevo traumático, a que el gobierno escupa sangre, a que todos le respondan con el bolsillo. También es indudable que el sindicalismo esta haciendo, junto con su cálculos políticos, su trabajo y que era demasiado fácil ser oficialista cuando no había ni oposición ni problemas. De ese cruce de circunstancias y de esas intención no desplegada ni aclaradas surge lo que desde el kirchnerismo se señala como falta de oportunidad. Pero hay que aguantársela. En una dinámica de conflictos cruzados el gobierno gano a varias puntas el año pasado. En una situación de estrechez económica y de falta de perspectiva electoral te caen cachetazos de todos lados en la misma proporción que antes te hacían ojitos. Tenés a los sindicalistas movilizando/respondiendo a sus bases y haciendo su negocio. Tenés a la jubilada que sabe/quiere creer que su apoyo vale y exige retorno.
El paro tuvo repercusión heterogénea. Pero desde ya es una herida para el gobierno: nunca le habían hecho un paro general y en la movida se consolidaron odios sin retornos. Observando algunas reacciones puede intuirse una recomposición de los apoyos del gobierno que no solo implica el tipo de sindicalistas, sino, también, el de las audiencias. El paro dividió al espíritu opositor pues una parte de elle hace asco a los piquetes, y mucho más a la forma que tomaron en estas circunstancias.
A uno le gustaría que la respuesta del gobierno al panorama en que se inscriben el paro y el 8N no sea ni el automatismo, ni hablar con el corazón, ni se relaje en hipótesis metafísicas sobre la lluvia y el escampado, o aspire al retorno del Señor como “Sol de Justicia» (Malaquias 4:2). Hay mucha política para hacer: desde la comunicación hasta los gestos que ordenen la disputa sucesoria o autosucesoria, desde la política económica hasta la institucionalización de los rasgos que le den al piso histórico del futuro el tono de las mejores cosas del kirchnerismo.

La normalidad de los monstruos

Cada vez que se noticia un hecho de sangre en el que alguno de los participes pertenece a una comunidad religiosa que no sea la Católica o la Judía (las religiones legítimamente practicables en la Argentina junto a la posición atea y, tal vez, el Islam) la pertenencia religiosa adquiere relevancia y, junto con ella, empieza a tallar la hipótesis que responsabiliza a una ”secta”. Alejandro Frigerio ha hecho infinitos esfuerzos para influir en la opinión periodística, mostrando cuanto prejuicio porta ese razonamiento. Aporta datos y bibliografía que permiten entender en que medida ni el tamaño del grupo, ni lo extraño o enfático de su creencia son la fuente del crimen. Pocas veces el periodismo logra correrse de ese a-priori que renace con cada hecho. La nota de Mariana Carbajal del Domingo 18 en Página 12 es aire fresco en ese panorama. Además de salirse del lugar común de “la secta”, subraya algo que los cientistas sociales de la religión no solemos tener tan en cuenta: la ambigüedad y la “maldad” constitutiva de la especie.

Scioli, la gran Mandela.

Para algunos hay necesidad y para otros abuso del análisis político como crítica semiótica. La cosa es que ni los primeros se fijarían en este signo (por que minimizan la inteligencia del que lo reivindica), ni los segundos, por definición, le darían importancia (total lo que importa es la fuerza, razonan los gorilas contra los chimpancés). Sin embargo la posición Mandela, avanzada por Pepe, el hermano de Daniel Scioli, parece mas interesante, y más productiva políticamente (para ellos), de lo que se quiere creer toda vez que, a Daniel, se le atribuye repetición, superficialidad, suerte y capital electoral, sin analizar a santo de que podría venir ese último don. Solo se trata de ver en que nivel realiza sus jugadas y hallar en el un exquisito lector de los estados de ánimo de la sociedad.
En el radio más amplio de opinión posible la movida es habilidosa. El amplísimo criterio de reclutamiento y seducción que se impone Scioli se juega al máximo: se prodiga hacia todos los “extremos”: atrae a los que cansados de la guerra de la polarización prefieren otros tonos (no solo a las clases medias altas, que llaman consenso a la imposición de sus aprioris, sino también a todos los votantes de la amplísima camada de clase media no ideologizada que habita en AMBA, de Parque Patricios a La Matanza y de Lomas de Zamora a Tres de Febrero, y tiene demasiados frentes abiertos como para querer más y más batalla cultural). El vacuo optimismo del gobernador adquiere un grado mayor de determinación si se subraya que “Mandela” en Argentina no significará cualquier moderación.
Con la perversidad que será fijada su lectura, el símbolo será mas equivalente a conciliación que a una estrategia pacífica, pero radical, de combate de la desigualdad (en esa lógica será leído como si la ruptura del statu quo racista hubiese sido una moderación del apartheid -y no como lo que fue: la apertura de su desmantelamiento institucional -más allá de que las conciliaciones económicas realizadas en Sudáfrica ayuden a mantener un apartheid social). Así el centrismo declarativo de Scioli se verá cualificado como portador de los matices sagrados de la incomodidad utópica posible en las más amplias audiencias: un sueño difusamente igualitario e inclusivo (poco en comparación con los que el Kircherismo suele definir cuando le da voz a su a lengua programática, pero bastante mas entendible que el que se ofrece en horizontes que solo el nanoclima sabe que quieren decir -“ir por todo” “revolución”, ”cuadros”, “los años 70”-). Luego Scioli, tal vez presidente, podrá decir que me larguen los perros, y diluir ese perfil. Pero hasta ese entonces podrá encolumnar detrás de ese sueño todas las inquietudes que son hijas de la época y de la didáctica política de Néstor y cristina, aunque no quepan en el formato intenso que prescribe el Kirchnerismo qua dogma. Scioli sabe que existen esas inquietudes y que su estilo de gobierno no las encarna pero su proyecto presidencial necesita interpelarlas.
Pero mucho más interesante que todo esto es un hecho a mi modo de ver oscuro: si este gandhismo de Scioli se propone bajo la forma de mandelismo no es solo por que el sudafricano es un referente más moderno. Sino porque parasita de la verdad que ayuda a encubrir y nos envuelve a todos en esa pus. Se alimenta de los efluvios en que se transforma una podredumbre enterrada, pero de ninguna manera liquidada. En la Argentina en que a 15 de cuadras del obelisco, en Victoria Station/ Constitución, somos todos mestizos, en la que la inclusión social se niega a los “negros que no quieren trabajar” (como si alguna vez en los últimos 50 años y en forma masiva, se les hubiese ofrecido trabajo digno), el discurso que es al de Mandela como el de Benetton al de Evo Morales, engloba la voluntad de creer de todos aquellos que sin decirlo saben/padecen o aprovechan culposamente el hecho de que el conflicto social se superpone con percepciones racializadas de los sujetos. Bebe de una de las verdades mas intensas y reprimidas de nuestra sociedad: un racismo que se practica de forma muda, pero milimetrada, en todo tipo de preferencias que disminuyen el puntaje de los sujetos conforme aumenta su melanina. En la del policía que se regula por portación de cara. En la del empleador que prefiere darle nivel a su local. En la asignación de gustos musicales. En el derecho de admisión a locales bailables. En la adjudicación de nacionalidad boliviana a todos los santiagueños, salteños, jujeños, cordobeses del norte y gran bonaerenses del sur que no tienen de bolivianos ni la cuarta generación ascendente y si mucho de las decenas de poblaciones originarias absorbidas en nuestro pretendido crisol de razas.
Los imaginarios sociales son como la atmosfera: solo se nota su peso cuando este se retira o varia y es inmenso. Al mismo tiempo son sutiles, como un tegumento invisible, pero denso que trama la continuidad entre todo aquello que es objeto en la vida cotidiana y las verdades últimas en las que creemos. Los imaginarios son la atmosfera por la cual, por ejemplo, la inconformidad ante la desgracias habla de un temple privilegiado. Ahí la política se conecta con la religión más allá y más acá de las burocracias celestiales y del ministerio del alma. El kirchnerismo se benefició de una finísima sintonía con ese nivel de la realidad cuando Néstor era como un médico en una batalla y se a pasaba obrando, a puteada limpia, para sacar del infierno a los millones que estaban entrampados en el desempleo y la miseria. Y también cuando Cristina pudo hacer Nación abriendo el centenario contra la hostilidad oportunista. Confundiendo sus consignas con estas, las verdaderas razones de su victoria efímera, el kirchnerismo abre el agujero por el que la operación sciolista se cuela en abrazo de gol con la Argentina subrepresentada de Luciano Chiconi y Martin Rodiguez.

Cordobesismo, ciudades dormitorio, bantustanes

Córdoba, Cordobesismo. En nuestro mundo porteñocéntrico poco se sabe de lo que sucede en las provincias. El sadismo hecho política social y segregación tiene en la Provincia de Córdoba una de sus expresiones más nítidas. Un tema que el periodismo nacional podría tomar mas intensamente. Acá algunas pistas en artículos de investigadoras como Marianne Von Lucken Y Alicia Gutierrez . También un link en escribid Constantino, Giampieri y Lasa
Reagrupamiento a distancia, un código de faltas durísimo que que retiene a los habitantes en las ciudades satélites. Una buena manera de hacer un país para 10 millones de personas.Casi Bantustanes

Balanca mas nao cae

Meu Coracao Bate num telecoteco….
No hay mesetas ni remansos. Del pedregal que atraviesa el kircnerismo dos recortes.
Uno trillado: que para medir los efectos del 8 N hay que ver la interna del peronismo es a esta altura una comprobación: es que la posibilidad de desagregación del caudal electoral le pone precio y garantía a las aventuras que puedan querer encarar las eventuales disidencias peronistas. En ese sentido deben interpretarse la “emboscada” de De la Sota, los paseos de Scioli por todo el país, el trabajo hormiga de Massa. Están pescando a ver que dejo la marejada. Hay que ver si se animan a “des-accompañar” mas fuerte.
El otro, el lado oscuro de la luna. Más allá del Nestornauta, que hay?. El kirchnerismo es más que el FPV, los movimientos sociales transformados en operadores de un sistema de tensiones permanentemente en proceso. Es más que las correas cortas sobre gobernadores e intendentes. También es una articulación tensa, pero eficaz, con empresarios, situaciones económicas ventajosas, y una situación internacional que garantiza tanto recursos para esas alianzas como impopularidad de las alternativas antigobierno. Cuando pensaba eso, salió este post de artepolítica que echa luz sobre la geografía en que el gobierno y los empresarios hacen su juego. Ahi también hay un juego win win del que no todos quieren salir (lean el post de Artepolítica por favor).
Apalancado en esa roca el kirchnerismo ha hecho uso, una y mil veces, de la capacidad de practicar lo inesperable: no irse al mazo en el mismo punto de tensión en que otras fuerzas políticas ya hubieran abandonado por incapacidad de resistir, por falta de temple, por que siempre se pueden volver a casa, por que vencidos de antemano prefieren una buena explicación a una mala victoria. El kirchnerismo se hace en cada parada la misma pregunta: que es lo o peor que nos puede pasar?. Y la respuesta ante esa pregunta es: con lo mal que paga la moderación, sabiendo que Dios vomita a los tibios, si aflojamos va a ser peor que si no lo hacemos. La gloria en este ultimo caso será mayor y la alternativa será siempre devoto. Y diferencia de sus “caballerescos predecesores”, juega con armas tan rudas como sus oponentes.

Por esto decíamos al empezar con Jakcson Do Pandeiro «Balanca mas nao Cae», Ziriguidum«Amarre, puxe, largue, como no futebol».

El libro que viene

Este blog es un monstruo de dos cabezas. Su parte sinestesia, música/sociedad, roba de la investigación colectiva que estamos haciendo con un grupo de agudísimas investigadoras. Aquí algo de lo que en breve estará disponible en Gestionar, Mezclar, Relajar (libro colectivo que dedicamos a las formas musicales emergentes en Buenos Aires y La Plata: «Es que si nos aproximamos a las prácticas emergentes nos encontramos con la multiplicación de los grupos y propuestas musicales. Junto a una oferta musical “clásica” (basada en grandes grupos, recitales, discografía pactada por contratos que especifican lanzamientos periódicos, etc.) se despliega una escena que, en un nivel quizás poco visible para una parte de la sociedad, resulta explosiva y frondosa: grupos compuestos por jóvenes que participan de varios proyectos artísticos y musicales, sellos que congregan diversos grupos, sitios virtuales para escuchar, presentar y hacer circular música, locales de música que refugian las mas nuevas bohemias».

«Para decirlo brevemente: en este trabajo, y a lo largo de todo el libro, mostraremos que el gusto se libera de patrones de catalogación, que las definiciones de la música varían por incidencia de músicos emergentes de nuevo tipo, y que este movimiento se relaciona con las posibilidades de práctica, y legitimidad profesional que ofrece la nueva situación».

Algo así será

El populismo de la libertad

La figura Ernesto Laclau alcanza un pico de reconocimiento negativo entre los opositores (siendo el intelectual K. que los muchos periodistas opositores aman odiar), justo en el momento en que sus ideas ayudarían a la oposición a entender su situación. Así quise sugerirlo en el primer post de este blog (y así lo explícito, aclarándome mis ideas, Esperanza Casullo por twiter). A nombre de la libertad los opositores tributan y acreditan vocaciones muy diversas, pero capaces de hacerse eco entre sí, de permutarse y de agrandarse. A esta “marcha de la libertad” se suman, y en ella se “purifican”, los que creen que no pueden viajar al exterior y los que creen que bancan el país con sus impuestos.Esa lógica de desplazamientos, sublimaciones y equivalencias combinada con el antagonismo antikirchnerista (en un nivel superior), es, justamente la de la formación del populismo según Laclau.
El populismo de la libertad de la oposición gana consistencia, articulación aunque no sabemos si avanza en extensión ni cuanto. Dejenme agregar algo más: el acicate de esta irritación que intenta politizarse es la inflación.La inflación, no importa cual sea su número, afecta dramáticamente la sensibilidad de muchos de los que fueron a esa marcha. No es para reírse. La clase media cifra su satisfacción en la posibilidad de ascender y hacer ascender a sus hijos. El piso que fijó el Kirchnerismo para ese sueño en sus primeros años, parece estar bajando por que la estructura casi invariable del consumo de una parte de la clase media sube más (o al menos más rápido) que los ajustes salariales (en esta estructura la salud y la educación son claves). Y al mismo tiempo se cae el techo que el Kirchnerismo aseguraba, cuando el mercado de empleo se resiente, cuando el mercado inmobiliario se pone cada vez menos posible (más allá de que este sea, en parte, un fenómeno que excede el control del gobierno y que asumir un nuevos costo para el sueño patrimonialista de la clase media es un “garrón” que, casi inmerecidamente, se tiene que comer el gobierno de turno).
En fin todo esto como condensación de algunos aspectos de la coyuntura. Pero para no abundar con mi complicada escritura el siguiente post de dos analistas bastante claros. Julio Burdman (el primer tipo que vio como el grupo A erosionaba el capital que la oposición había acumulado en 2009) comentado por Ezequiel Meler. Creo que hay mucha tela para cortar en sus anticipaciones, aunque no necesariamente uno este de acuerdo con ellos.

Disquería Mercurio

Hacer música es, también, gestionar, desarrollar las finanzas para mantener la autonomía de los proyectos. Valga el caso de los músicos de Mercurio que marchan rampantes con su disquería/agitador cultural. Felicitaciones!

8 N en la blogósfera amiga, en la prensa y en la discografía de Julio Iglesias.

Que el 8N no de lugar a cambios electorales inmediatamente perceptibles o a disrupciones dramáticas, no quiere decir que no produzca ninguna consecuencia. Seguro que ha dado lugar al surgimiento de posiciones muy disimiles en la blogosfera cercana al kirchnerismo(nuestra divisa también). Entre cientos de pronunciamientos una pequeña muestra de las variaciones posibles. Para Mendieta son los mismos de siempre solo que unidos y exaltados. Para Esperanza Casullo la complejidad de la situación exige la presencia de un experto mediador (lo que supone que el 8N ni es inocuo, ni es homogéneo).
Precisamente en Artepolítica se plantean las preguntas derivadas de una percepción matizada: algo insiste, algo cambia, y por lo tanto cabe esperar del gobierno reacciones que deben estar calibradas en función de la respuesta a una ecuación: “El otro dilema del Gobierno es: ponele que “pierda” alguna parte de su electorado en sectores medios. No es tan claro, pero puede ser. ¿Se puede arriesgar a perder un solo voto más abajo de la pirámide social? ¿Y eso cómo se hace? ¿Va a ser con o sin movilización social? ¿Se puede polarizar “de verdad” esta sociedad?.
Fuera de la blogósfera, en Pagina 12, Wainfeld, que plantea algo parecido a esa ecuación, nota bien que esas reacciones se haran, no se declararán (o sea: habrá que esperar y ver, tal como ya ha sucedido otras veces). En La Nación del Lunes 12 Mariano Obarrio, percibe cual puede ser la herida y se anticipa a los hechos proyectando sus deseos. Afirma, sin fuentes reconocibles que en el PJ hay «temor electoral». Puede que no sea cierto Pero que no les quepa dudas: por ahí viene la cosa. No se trata de estimular ninguna otra candidatura opositora que la que pueda proporcionar la superación del kirchnerismo (claro, por derecha, por otro lado, pero tal como se lo imaginaban los estrategas de la «superación»).
En el camino del tentempie, la blogosfera nos hace acordar de «a veces si, a veces no», la bonita canción del camarada Julio Iglesias. (En el blogroll de la parte sinestesia de este blog están preparando las armas para ejecutarme).

La calle y la política

Considerando que el la situación actual es el resultado de lo que en 2001 motivó la calle( y pudo hacer la política con eso), no se entiende para como se puede imaginar que el 8N es inocuo. Que no de lugar a partidos, a electorados, a disrupciones inmediatas, no quiere decir que no produzca erosión, que, además, haya ahí mucha disponibilidad, mucha posibilidad de constitución de uno o varios movimientos de articulación política que puedan inscribir esa eclosión.  

El gusto

Ay, que tanto me gusta el gusto!

Pocas veces tan bien planteado lo del placer de desear. En la versión de Las Taradas:  http://www.youtube.com/watch?v=Dn_fYlWJOiQ o en la del Lobito de Sinaloa: http://www.youtube.com/watch?v=kkzOD7Odp6M.